La ley de Murphy es una expresión popular que se refiere a la tendencia de las cosas a salir mal cuando menos se espera; “Si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Como en la vida misma, los campamentos de verano o cualquier actividad de tiempo libre no se libran de todo tipo de situaciones, así como de la posibilidad de tomárselas con humor.
Sin duda, durante los más de 47 años realizandocampamentos y colonias de verano, así como todo tipo de actividades, se podría escribir una enciclopedia contando anécdotas y situaciones surrealistas que nos han ocurrido.
Leyes de Murphy en campamentos de verano y actividades de Ocio.
Ley del Clima.
Las jugadas que nos ofrece el clima cuando tiene ganas de incordiar son siempre antológicas.
Los cambios de tiempo serán proporcionales al número de veces que se miren las previsiones.
Será imprescindible suspender la actividad del campamento para que escampe y salga el sol.
Los peores días serán aquellos en los que estén previstos las actividades principales del campamento.
Los días nublados serán necesariamente aquellos en los que haya taller de estrellas.
Las noches lluviosas serán aquellas en las que se haga vivac.
Siempre hay lluvia cuando se monta la tienda y sol cuando se está desmontando.
La ropa adecuada a la climatología nunca será la que lleves puesta.
Ley del monitor
Si, bienvenido/a a la dura vida de un monitor en campamentos:
La cantidad de cansancio es proporcional a la duración de la reunión nocturna.
El día que toque librar, habrá que ayudar a preparar algo o se irá de excursión.
Si tienes algún servicio, no pasará nada y los demás podrán librar.
Si tienes vigilancia, no pasará nada hasta que vayas a dormir.
Tu mejor e infalible juego no funcionará.
Los niños y niñas harán mucho mejor que tú las manualidades que les quieras enseñar.
El grupo bueno lo tiene el otro.
El material que necesitas lo estará usando otro monitor.
Si otro monitor puede cogerte el material, lo cogerá.
Si necesitas cartulinas de un color, habrá de todos los demás.
La batería del móvil se agotará una hora antes de que sea imprescindible usarlo.
Ley de Murphy del material.
Da igual lo mucho que se prepare, se compre o se prevea pues la Ley de Murphy siempre aparece:
Siempre que se ordena el material, no se encontrará nada después.
Si hay ofertas, siempre serán al día siguiente de la compra.
Si hay material imprescindible siempre se necesitará nada más volver de comprar el resto de material prescindible.
La probabilidad de que un niño rompa un material es proporcional al coste del mismo.
Las roturas se producirán en la ropa más cara o nueva.
La necesidad de fotocopiar multiplica la posibilidad de que tengas que hacerlo a mano.
El saco de dormir es demasiado caliente o demasiado frío.
El material importante se quedará en casa, se perderá algo valioso durante el campamento de verano y se regresará con algo ajeno.
Los recuerdos que se compren se romperán en el momento justo de regresar al alojamiento.
Ley de las actividades.
Tampoco va a importar lo mucho que organices y prepares las actividades de los campamentos de verano, la ley de Murphy te seguirá:
El número de veces que se revise el equipo necesario será igual o menor al número de cosas que se olviden.
Si hay actividad acuática, el bañador y la toalla se habrán quedado en la maleta.
La mochila será muy pesada independientemente de que vaya llena o vacía.
La cantidad de agua que lleves será un tercio de la que necesites.
Si hay abundancia de fuentes disponibles estarán todas clausuradas.
Cuánta más fuerte sea la pendiente que hayas subido, mayor equivocada será la ruta.
Solo encontrarás la ruta cuando estés completamente perdido.
Los problemas intestinales aparecerán siempre que no haya posibilidad de ir al servicio.
Se elegirá el día más frío del año para hacer piscina o actividades acuáticas.
Cuanto más ajustado lleves el tiempo, más se retrasará la actividad o visita.
Si vas bien de tiempo, la actividad se quedará corta.
El disfraz más ridículo y que queda más pequeño será el tuyo.
El guía más divertido siempre está en el otro grupo.
Si llegas con tiempo, el guía llegará tarde.
Si se realizan experimentos científicos, fallará la Ciencia.
Si tu equipo compite en un juego, tendrá un jugador menos que el otro y este será el más hábil.
La muestra del taller de manualidades no tendrá parecido alguno con ninguna de las manualidades resultantes.
Solo acertarás en el tiro con arco en el momento en que hayas desistido de apuntar.
Lo único que funcionará digitalmente en un campamento será lo que se haga con los dedos.
La música y las luces siempre funcionarán salvo que haya discoteca.
Todas las canciones que sabes de memoria se olvidarán durante las veladas.
Todas las canciones te rondarán la cabeza y se te pegarán cuando no hay velada.
Si consigues recordar la canción en el momento adecuado, se te olvidará el baile y viceversa.
Las pilas de la linterna siempre se agotan la primera noche que la necesitas.
Ley de Murphy del transporte.
Solo hay una forma para nunca tener problemas en un campamento con el transporte, no moverse:
Si has solicitado 55 plazas aparecerá el autobús de 25.
A mayor conocimiento del trayecto, mayor probabilidad de saltarse la entrada.
El maletero del autobús será menor cuánto más equipaje se requiera llevar.
Se tendrá que llevar en coche la comida olvidada al salir.
El recuento de niños antes de salir nunca coincidirá hasta que se haya hecho 10 veces.
Si es el recuento número 11 volverá a no coincidir.
Las bolsas para el mareo siempre están en el otro extremo del autobús.
El aire acondicionado solo funcionará los días que no haga calor.
La densidad del tráfico es directamente proporcional al poco tiempo que se disponga para llegar.
Ley de la comida
La ley de Murphy no falla en la comida tampoco:
La probabilidad de cambiar el menú será proporcional a la dedicación en su elaboración.
El proveedor puntual llegará dos días después de su día de reparto habitual.
Las alergias e intolerancias indicadas en la inscripción serán menos de un tercio de las que aparezcan el primer día.
Tu comida favorita será siempre el día que tengas dieta.
Si hay la comida más odiada será la primera vez que no tengas que tomar dieta.
El plato más rico será el que no se hayan calculado bien las cantidades.
El humo de la fogata o barbacoa siempre irá haya donde te encuentres.
Ley de Murphy Sanitaria.
¡¡Ay la salud!! Crucemos dedos siempre y tomemos precauciones, aun así la Ley de Murphy también funciona:
Si un monitor se puede poner malo, se pondrán malos dos.
La probabilidad de caer enfermo será proporcional a cuánto desees realizar la actividad.
Si haces deporte te harás un esguince.
Si no haces deporte te harás dos esguinces.
La farmacia de guardia siempre está en el pueblo más lejano.
Cuanto más repelente de insectos te eches, más te picarán.
Las duchas estarán llenas y con agua caliente cuando quieres ducharte, vacias y heladas cuando no.
El baño que siempre tienes al lado se encontrará en el punto más lejano cuando lo necesites con urgencia.
Ley del montaje y desmontaje.
Probablemente, montar o desmontar no es la cuestión, sino que es la posible situación:
Los palos y vientos sobrantes de la tienda serán proporcionales y diferentes a los que faltan.
La tienda de campaña nunca entrará en la misma bolsa de la que se sacó.
Las piedras más grandes estarán debajo de tu tienda.
Tu cabeza se encontrará en la única gotera que haya en la carpa.
Cuanto más ordenado se deje el material menos se encontrará después.
Las vacas siempre encontrarán la forma de romper el vallado.
A pesar de todo, aunque la Ley de Murphy (Wikipedia) pueda tener razón en muchas ocasiones, se está preparado para que casi todo tenga solución.
Esperamos haberte sacado una sonrisa al verte reflejado en alguno de los múltiples contratiempos que, sin duda, nos ocurren en ese micromundo que conforman los campamentos.
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